La Junta Directiva Nacional y el Secretariado Permanente de la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México, desean para cada uno y cada una de ustedes, que el amor del Padre derramado en nuestros corazones al entregarnos a su Único Hijo, nos permita participar de la vida filial y mostrarla en signos de ternura, bondad, paz, misericordia, perdón, inclusión y otros que nos lleven a lograr el acercamiento y buen entendimiento, la reconciliación y la paz, como signos de su presencia entre y en nosotros(as).
“Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Único Hijo”
Jn. 3, 16.
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