Aquí van unos retiros para llenar de misericordia nuestro corazón, nuestra mente, nuestro mirar y nuestra escucha; nuestro pedir perdón, interceder, alabar y agradecer; nuestro ver, juzgar, actuar y celebrar. Nos ayudarán a andar por la vida “misericordiando” y para ello, el gran desafío no es otro que ser discípulos y misioneros de la misericordia. Tenemos un verbo nuevo, un sustantivo, un adjetivo y un adverbio relacionados con la misericordia. Nuestro hablar y escuchar, nuestras palabras y testimonios se pueden llenar de misericordia.
CONTENIDOS