El Sumut y la fe
Lourdes López, fmm.
En éstos días tenemos en la retina y en el corazón las imágenes de la flotilla Sumut con ayuda humanitaria y personas de diferentes partes del mundo.
Una comunidad creada para vivir la solidaridad, con todas sus consecuencias. Hemos sido testigos de las imágenes de la detención ilegal por parte del gobierno Israelí a varios de los integrantes de ésta flotilla. Algunos gobiernos les apoyaron y acompañaron para protegerles. Algunos les abandonaron…
Y, en lengua árabe, Sumut es una clase de resiliencia que surge de la comunidad. La resiliencia que surge del dolor compartido, de las ganas de vivir, del anhelo profundo a no dejarse vencer. Qué nombre tan significativo para este grupo de personas de diferentes estratos sociales, backgrounds y culturas!
Ahora, volvamos al Evangelio… Creo que lo contrario a la fe no es el ateísmo o la ausencia de fe. Sino la destrucción de la fe en una humanidad que busca, la desesperanza en la hermandad universal…, por encima de todo y a riesgo de su propia vida, defender lo más sagrado que es la vida misma.
En este momento podríamos preguntarnos: Por qué no hay ninguna persona consagrada en el Sumut? Por qué la Iglesia ha quedado en silencio (o con una palabra muy débil) delante de un genocidio tal como el que se estamos presenciando en Gaza?
Cuál es la fe que vivimos? Como servidores, servidoras del Dios de la vida y de la paz, dónde y cómo expresamos nuestra fe?