“Con empuje hacia el futuro, Anunciando el Evangelio de la Caridad”
1915 – 29 de junio – 2015
Para la Congregación de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad en Chile, la celebración jubilar de los 100 años, significan un fuerte “evento de refundación”. Es poner a Jesús y María Santísima al centro de nuestras vidas. Es caminar con ellos en nuestro corazón, difundiendo la caridad en la Iglesia y entre los pobres, en las realidades desafiantes de este siglo XXI Como nos pide Papa Francisco, ir a las Periferias existenciales, en actitud de salida.
Es recomenzar de Dios, de Cristo, de Su Corazón, para quemar y purificar nuestras miserias, los egoísmos, los desánimos, y todo cuanto frena y obstaculiza su amor en nosotras, para “recomenzar”, con alegría, con esperanza, con creatividad, con entusiasmo, con coraje cada día de nuestra vida consagrada.
Es volver a lo esencial, para vivir de las cosas sencillas, libres de la trampa de los chismes y de la mediocridad. Es promover en nosotras la benevolencia, la compasión y la solidaridad.
Es recomenzar desde y con María Santísima, siguiendo sus huellas de pureza, modestia y castidad, obediencia al Hijo, de su belleza, sobriedad y pobreza y de la caridad de María, para que en nosotras, como en ella, el Dios caridad se haga carne, vida gesto, mirada, palabra!
Es “celebrar” la historia de estos 100 años con estupor y reconocimiento; “vivir” el presente de nuestra Familia religiosa con entusiasmo y responsabilidad; es “anunciar” con la vida y con las obras que la caridad de Cristo nos urge, “Caritas Christi urget nos” y que “la caridad y sólo la caridad salvará al mundo”, con firme esperanza y con la mirada en el futuro que Dios hoy nos confía, a fin de que todo sea restaurado en Cristo!
El centenario es una Fiesta de familia, de familia eclesial y de familia humana. Todas nuestras iniciativas nos deben hacer crecer en el espíritu de fraternidad, de unidad y de comunión. Esta es la fuerza de una comunidad, de una provincia, de un instituto: la unidad, la colaboración, la comunión!
Significa re-veer, evaluar y proyecta a nuestra Congregación en fidelidad al Carismática.
Es ofrecer a la Iglesia y a los pobres el don de nuestra vida consagrada “cualificada”, significativa, profética.
Es ofrecer a nuestro tiempo y a nuestras culturas el don de una Congregación buena, verdadera y bella, fecunda y audaz, dinámica y creativa, atrayente y entusiasmante, especialmente para las nuevas generaciones.
Sor María Rosanna Sánchez.
Superiora Provincial
Cerrillos, 29 de Junio de 2015
Año de la Vida Consagrada
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