El pasado 5 de agosto falleció la Hna. Berta Verdejo Valenzuela, religiosa pasionista. A sus Hermanas de Congregación y familiares les expresamos nuestras sentidas condolencias.
Compartimos una semblanza de su vida confiados en que ya se encuentra en la presencia del Padre y como agradecimiento por toda una vida de entrega.
Quienes deseen, pueden enviar sus condolencias al correo: moralespalmy@gmail.com
Síntesis de una vida misionera y apostolado pastoral con identidad Pasionista
La Hermana Berta Verdejo Valenzuela, Betty, nació el 14 de septiembre 1958, o sea hace casi 67 años, ella fue hija de Violeta Valenzuela y Erasmo Verdejo, sus hermanos son Erasmo,Luis, Gilda,Jorge, Sergio, Verónica, Cecilia y Juan Carlos. Su vocación religiosa comienza aquí en la Parroquia Lourdes en Viña del Mar, que es dirigida por los Religiosos Pasionistas.
Ella proviene de una familia católica, sus padres y hermanos son un testimonio de ello, donde Betty siendo muy niña mostró una profunda fe que la acompañó en cada paso de su vida. Su confianza en Dios y su amor por los valores espirituales la guiaron en su camino. Con el tiempo, esa fe se fortaleció y la llevó a decidir abrazar la vida religiosa, junto a nosotras las Hermanas de la Congregación de la Santa Cruz y Pasión… o sea las Pasionistas. En su vocación, encontró una forma de servir a los demás con amor y dedicación, viviendo esta de manera plena y comprometida.
En 1985 Ingresa a la Congregación Pasionista. Su proceso formativo religioso lo hizo tanto en Chile, como Córdoba – Argentina donde permaneció 2 años. El 7 de febrero de 1988 realiza sus primeros votos religiosos, 4 años después (1992), en Limache el 11 de enero realiza su Profesión de Votos Perpetuos, ella segura de su vocación que la llevó a hacer un signo de su compromiso y al seguimiento de Cristo en la Pasión y de una vida dedicada al trabajo pastoral como un signo de evangelización. Betty asumió tempranamente la desafiante tarea misionera, que la llevó en 1989 a trabajar en el Colegio Pasionista de Limache. Ahí destacó como coordinadora de la pastoral juvenil, animó las Misiones Juveniles y la Pastoral de la Infancia Misionera.
También fue parte de su trabajo pastoral el grupo juvenil llamado «Pasión por las Almas», que se encuentra en La Pintana, cuando ella vivió allí. Se desempeñó por algunos años animando la pastoral juvenil del Colegio Universitario Salvador de las Hermanas Pasionistas; también por estos años comenzaba los retiros juveniles Raíces – Siembra – Mburucuyá en Quilpué y el CUS… esto fue entre los años 1994 hasta 1996. Es importante destacar aquí que muchos jóvenes pudieron encontrarse con un Jesús cercano, sencillo y lleno de amor. En esos espacios, la hermana Betty sembró semillas que aún hoy siguen dando fruto. Con el nuevo siglo, en el lejano año 2000 Betty estuvo a cargo del movimiento juvenil pasionista de toda la Congregación, acción que, en estos días algunos adultos hoy, jóvenes en ese entonces han dado testimonio de un estilo de animación y vocación de mucha energía y fe. La experiencia pastoral que Betty imprimía en estos espacios evangelizadores decía mucho de su impronta como religiosa misionera pasionista, ahí ella buscaba brindar a los jóvenes un lugar para la reflexión, el crecimiento espiritual y la conexión con su fe. Estos retiros buscan fortalecer la relación de los jóvenes con Dios y ser una experiencia de comunidad con carisma por la Pasión de Jesús, ayudándoles a discernir su vocación y a vivir su fe de manera más profunda y comprometida. Ella siempre decía que había que creer en un “Jesucristo resucitado… lleno de vida”.
Entre los años 2008 a 1012 fue consejera general lo cual la hizo conocer en maoyr profundidad a las hermanas de toda la congregación. En el 2013 fue nombrada Provincial en Chile.
Por algo más de una década asumió la desafiante misión de animar con carisma e identidad pasionista una comunidad en Pemuco, comuna hoy en día de la región del Ñuble. Desde ahí la Hermana Betty destacó en la organización de espacios pastorales juveniles y en realidad con toda la comunidad. Desde distintos lugares (Santiago – Quilpué) se trasladaban hasta Pemuco para desarrollar trabajos voluntarios y retiros que ella organizó y ejecutó hasta su despedida, que fue motivada por temas básicamente de salud en el año 2018.
Es en este año 2018, cuando Betty, junto a las hermanas Inés, Anita, Clare abren la Comunidad Pasionista de Pomaire… rápidamente organizan desde la Iglesia San Antonio de Padua a toda la feligresía de Pomaire, que hoy por distintos medios expresan con mucho pesar su partida, ejemplo de ello es el sentido mensaje publicado por la Junta de Vecinos de Pomaire que destacan de Betty: “Su entrega, fe y compromiso con la comunidad quedarán siempre en nuestros recuerdos y en el corazón de quienes tuvimos el privilegio de conocerla”.
No se puede pasar por alto, su vocación de educadora, Betty estudió y ejerció como Psicopedagoga, trabajo en un Programa de Integración y acompañó desde el año 2008 al Colegio Pasionistas de Quilpué, donde hasta sus últimas fuerzas ella fue Presidenta de la Fundación Educacional del Colegio Pasionistas de Quilpué, que hoy aquí también la despiden.
Finalmente quiero destacar de Betty, su profundo compromiso pastoral, su mirada educativa y evangelizadora hacia los jóvenes, su fraternidad y cuidado por nosotras sus hermanas de vocación religiosa, ella fue un signo, un ejemplo de sencillez, honestidad y cuidado por los demás que nos invita a seguir viviendo con autenticidad y amor cristiano.
Querida Hermana Betty, tu vida fue un testimonio vivo de que seguir a Jesús en su Pasión es vivir con pasión y entrega total. Gracias por tu ejemplo de fe, por tu dedicación a los jóvenes, por tu fraternidad y por cuidar de cada una de nosotras con tanto amor. Tu misión no termina con tu partida; continúa en cada corazón que tocaste y en cada semilla de esperanza que sembraste.
Que el Señor te reciba en su paz y que tu vida siga siendo luz que ilumina nuestro camino. Sigamos adelante, inspirados por tu ejemplo, para evangelizar, educar y amar con la misma pasión que tú nos enseñaste.