El instrumento de Trabajo para la primera sesión del sínodo de la sinodalidad nos recuerda que en el Bautismo, se establece un nuevo vínculo con Cristo y, en Él y por Él, todas las personas bautizadas se donan unas a otras como miembros de un único cuerpo en el que gozan de igual dignidad.
La fase de escucha sinodal reafirmó la conciencia de esta realidad, indicando que debe encontrar una realización cada vez más concreta en la vida de la Iglesia también a través de relaciones de mutualidad y reciprocidad entre hombres y mujeres.
Quienes participaron en la primera fase del camino sinodal, especialmente las mujeres, expresaron claramente un deseo: que la sociedad y la Iglesia sean un lugar de crecimiento, participación activa, acompañamiento y apoyo para todas las mujeres.