Dios no sólo camina con su pueblo, sino también en su pueblo, en el sentido de que se identifica con los hombres y las mujeres en su caminar por la historia ―especialmente con los últimos, los pobres, los marginados―, como prolongación del misterio de la Encarnación.
Mensaje del Papa Francisco para la 110a Jornada Mundial del Migrante y Refugiado disponible en www.clar.org