“Gracias sean dadas al Padre, que nos llamó a su Reino, como Hijas de San Pablo”. En emotiva Eucaristía, presidida por Monseñor Pedro Ossandón, obispo auxiliar de la Iglesia de Santiago y en compañía de integrantes de la Familia Paulina, sacerdotes, familiares, colaboradores y amigos, las Hijas de San Pablo hicieron una memoria agradecida de lo que Dios ha obrado en su Congregación.
Así, lo manifestó Hna. Hortensia Lizama, Superiora Delegada ante la gran cantidad de participantes en la Capilla de nuestra comunidad. “La pequeña semilla del carisma paulino, lanzado por el Espíritu en terreno albese (Italia, Alba), en el lejano 1915, a lo largo de los años, ha germinado hasta llegar a ser un árbol grande que ha extendido sus ramas en los cinco continentes y en 50 naciones», indicó.
Este centenario, celebrado con cada uno de ustedes, agregó la Hna. Hortensia, «nos pone en sintonía con el año de la Vida Consagrada y hacemos nuestra las palabras del Papa Francisco en su carta a los consagrados el cual dice, textual: El primer objetivo del año es mirar el pasado con gratitud, recorrer el camino de las generaciones pasadas para captar en ellas la chispa inspiradora, la idealidad, los proyectos, los valores que la han movido. Es también un motivo de cómo se ha vivido el carisma a lo largo de la historia. Narrar la propia historia es dar alabanza a Dios y agradecerle por todos sus dones«.
Por su parte Mons. Ossandón, con mucha cercanía y fraternidad, agradeció la misión de “ las Paulinas”, en la Iglesia local y su contribución a la evangelización en las distintas instancias donde ellas realizan su actividad misionera. Destacó también que las hermanas se habían preparado a esta celebración con sus Ejercicios espirituales, haciendo notar la importancia de la vida espiritual, para un servicio eclesial, que tiene mucho de escucha y de entregar a los demás una profunda experiencia de Dios. Si bien, la fecha corresponde al 15 de junio, se eligió el día 12 de septiembre, para facilitar la participación de todas las hermanas y también por la vinculación estrecha con María, Reina de los Apóstoles.
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