“No creo haber conseguido ya la meta ni me considero un «perfecto», sino que prosigo mi carrera para conquistarla, como ya he sido conquistado por Cristo”. (Flp 3, 12)
Hay mucha gente que padece trastornos del sueño, alimenticios, adicciones, depresiones, ansiedades, etc. Y en algunas ocasiones se convierten en patologías diagnosticadas por la psicología barata de tantísimos sabios callejeros, que han puesto de moda palabras como estrés, depresión o ansiedad. Porque no es sencillo mantener el entusiasmo del inicio a lo largo del camino y con las vicisitudes de la “carrera de la vida”, no exenta de frustraciones, fracasos e impotencias.
