La Fundación Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN Chile) expresa su profundo dolor y consternación ante el ataque ocurrido hoy contra la parroquia católica de la Sagrada Familia en Gaza, que ha dejado al menos dos personas fallecidas y varios heridos, entre ellos su párroco, el padre Gabriel Romanelli.
Fuente: ACN Chile
Según informó el Patriarcado Latino de Jerusalén, entre los fallecidos se encuentran Saed Salameh, de unos cincuenta años, y Fumia Ayyad, una mujer de más de ochenta. Dos personas permanecen en estado grave. El padre Romanelli resultó con lesiones en una pierna, pero se encuentra fuera de peligro.
El ataque provocó graves daños estructurales en la iglesia, que durante meses ha acogido a cerca de 500 cristianos desplazados, incluyendo muchas familias y niños. El estado actual de los menores refugiados, como Julia (10) y Tarek (14), que días antes compartieron sus sueños y esperanzas con ACN, es desconocido.

En un video enviado recientemente a ACN, el padre Romanelli había advertido del deterioro de la situación humanitaria en la Franja:
“Otro día de guerra — otra hora de guerra — sigue complicando la vida de decenas y cientos de miles de personas.” En medio del dolor, el sacerdote llamó a la comunidad internacional a no abandonar a Gaza, destacando la urgencia de la oración, la solidaridad y la búsqueda activa de la paz: “Que Nuestra Señora nos dé la fuerza para sembrar paz y un poco de esperanza en estas personas.”
Llamado a la oración y al apoyo
ACN hace un llamado urgente a la oración por el eterno descanso de los fallecidos, la recuperación de los heridos y la protección de todos los afectados. Asimismo, renueva su compromiso de ayuda humanitaria en la región, donde el acceso a alimentos, medicinas y atención médica es cada vez más limitado.
La parroquia, que hasta hoy era un refugio esencial, ha quedado gravemente dañada. La incertidumbre sobre el destino de las familias refugiadas —en especial niños y ancianos— es profunda.
La comunidad cristiana en Gaza, compuesta por cerca de 500 personas, continúa resistiendo en condiciones extremas, y la parroquia latina sigue siendo un símbolo de esperanza en medio del conflicto.