La realidad que vivimos -con tantos egos propios y ajenos- tiene innumerables manifestaciones de prepotencia, dominio o sumisión, que rompe las relaciones fraternas (simétricas) para crear desigualdades, asimetrías y víctimas. De hecho, hay demasiadas víctimas del abuso de conciencia y de poder en nuestros ambientes familiares, sociales, laborales, políticos, económicos, culturales, ecológicos… y -lamentablemente- también en nuestros ambientes eclesiales.
Jesús García, OFM Cap
—-
FICHA 05 disponible en:
www.cirm.org.mx