viernes , 29 marzo 2024
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Comentario Evangelio 29 de Agosto

Hermana Teresa Figueroa Martínez. Carmelita Misionera

El evangelio de este domingo nos da cuenta de que los fariseos debían cumplir muchas normas según la tradición y así el texto lo detalla y agrega que hay muchas prácticas que están aferradas a la tradición y de ahí viene la pregunta ¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras? Bueno no esperaban la respuesta que da Jesús cuando en su cara les llama de “hipócritas” y en simples palabras les dice que se han aferrado a la tradición a cumplir sus normas y han olvidado el mandamiento de Dios. Honran con los labios dice, pero su corazón está lejos de Él. Acto seguido llama la atención de las personas ya no habla a los judíos y escribas sino a los interlocutores que estaban por ahí y se dirige a ellos para entregar su mensaje y hacerles tomar conciencia de la importancia del interior, del corazón de lo que hay en él, diciendo que es desde el interior del corazón, donde proceden la malas intenciones: fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, avaricia, maldad, engaño, deshonestidad, envidia, difamación, orgullo, desatino y estas cosas son las que manchan al hombre.

Frente a estas palabras de Jesús me surgen dos preguntas: la primera dice relación con la tradición, las costumbres, las normas. ¿Qué normas vivo actualmente que son una tradición en mi vida personal, comunitaria, congregacional, institucional, que me han alejado del mandamiento de Dios? ¿Las vivo como hábito y carecen de sentido? ¿hay tradiciones que han frenado el arranque misionero, la pasión por el reino? ¿Vivo normas que han frenado una fraternidad más dinámica menos estructurada, más auténtica? Creo que este evangelio nos quiere llevar a lo más auténtico, a una vida sin dobleces, a una vida coherente, verdadera, a una vida que viva en permanente conversión, a una vida donde permanentemente está el mandamiento de Dios, que es el Mandamiento del Amor. Amor a Dios y Amor al prójimo.

Y todas estas preguntas me llevan directamente a la segunda que dice relación con el corazón. ¿Dónde está mi corazón? ¿qué hay en él? ¿de qué está lleno?

“Humildad es andar en verdad” decía Santa Teresa de Jesús. Y ¿qué es la verdad? Se trata de la autenticidad, veracidad, aquello que es consistente con la mente, voluntad, carácter, gloria, y el ser de Dios. Es hacer realidad a Dios mismo en nuestro ser y actuar según Él.

Lo que hay en tu corazón lo reflejan tus acciones, lo que hay en tu corazón, lo refleja tu mirada, tus posturas en la vida. Lo que hay en tu corazón te lleva a realizar opciones fundamentales. ¿Entonces que hay en tu corazón? Porque como dice Jesús es desde nuestro corazón donde procede todo.

El corazón se llena de lo que amas ¿qué amas? Decía mi Padre Fundador. Sólo una vida auténtica, coherente, una vida vivida en Dios puede lograr grandes transformaciones y hacer creíble el Reino.

Oro a Dios para que estos cuestionamientos calen hondo en mi interior y poder así con su ayuda responder de forma más verdadera y auténtica al mandamiento del Amor.

Que cada día procure espacios y momentos para hablar con Él de lo que veo a diario y toca mi corazón:  sufrimientos, injusticias, guerras, violencia, abandono, indiferencia. Que este sufrimiento de los demás se haga eco en mí, que mi corazón esté abierto a escucharle a llenarme de su Espíritu para no manipular su Palabra, su mensaje, a estar en un proceso permanente de conversión. Que así sea.

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