Tiempo de Sencillez
Hno. Ramón Gutiérrez Pavez
Religioso Asuncionista
Es muy reconfortante, para la época que nos toca vivir, el evangelio de este domingo. Es un anuncio extraordinario: “el Reino de Dios está cerca, conviértanse y crean en la Buena Noticia”.
Vemos al Mesías en movimiento, caminando en un lugar de trabajo, junto a obreros de la pesca. Hoy lo hace de igual forma, va junto a nosotros y nos llama e invita… Nos da muchas señales para que confiemos, nos invita por nuestros nombres y nos dice que seguirlo a Él será un trabajo único: “seremos pescadores de hombres, de personas que se agregarán a la gran obra de proclamar la justicia y hacer el Reino de Dios” una realidad en nuestra sociedad.
Estamos al vaivén de lo que ordenan las autoridades. Que podemos salir un poco, algo más o nada y de nuevo libres para salir. El apostolado se nos complica y buscamos nuevas formas, nuevos medios y entre ellos misas, rosarios, charlas, conferencias en línea (“online”).
La llamada telefónica que acerca es hoy un gran regalo, es una forma hermosa de evangelización, entendiendo la palabra, eso sí, como regalo de Evangelio, de Palabra del Señor, que bien lo podemos hacer de muchas formas, sin ser pesados ni caer en fanatismos.
Hoy el testimonio es importante. De cada uno de nosotros sale lo mejor para testimoniar que sólo creemos en Cristo y que no hay pandemia que nos pueda impedir nuestra tarea: construir el Reino. Si ayer llenábamos plazas, estadios y avenidas con nuestras expresiones de fe y religiosidad, hoy se nos invita a una caminata semejante a la de Jesús. En medio de miles de mensajes de wasap, los de los seguidores de Cristo es bueno que lleven un sello normal y sincero.
Quiero compartir en esta página unos versos de nuestros hermanos campesinos, los Cantores a Lo Divino; son cuartetas muy “decidoras” …
“Jesús iba predicando /desde el mar de Galilea/ por todita la Judea/ paso a paso predicando/.
“Vivía con humildad/ el Mesías Verdadero/ se alojaba en un chiquero/ o en cualquier otro lugar/.
“A los lirios él los viste/ y perdona al pecador / y a toditos con amor / nos da pan y nos bendice / “.
Es tiempo de sencillez y esta palabra de Dios que nos entrega la liturgia de hoy me provoca agradecimiento y un gran desafío. Es llamado imperioso para todos y todas las personas consagradas. Hoy, de nuevo el Señor me llama, nos llama por nuestro nombre y nos asigna la tarea, mejor dicho, el servicio que debemos desarrollar.
Esta es una llamada de Dios a buscar, por todos los medios a nuestro alcance, personas concretas que quieran libremente entregarse al Señor y acompañar a las personas en el camino de la felicidad. Porque responder al llamado de Dios es felicidad.
La obra de Dios necesita de nuestra entrega. Hoy, por complicados que estemos a nivel sociedad, con una pandemia que nos descolocó a todo nivel, más que nunca se necesita de un trabajo vocacional intenso y extenso. No serán los métodos tradicionales ni las formas que, muchas veces cargamos como lastre; sin duda hay una forma y un método, el más cristiano: ejemplo y llamado personal.
Extender el Reino es ahora buscar en conjunto con otras personas los medios más adecuados. Lo que hace un año servía, ahora no es válido. El mundo cambió, aunque nos cueste creerlo y aceptarlo.
Lo que no cambia es el llamado del Maestro.