Hna. Gloria Neira
Hnas. Del Niño Jesús
En este texto Jesús viene de enseñar a quienes lo seguían, recalcando la actitud de dureza de corazón de quienes no lo escuchan o escuchándolo no cambian de actitud.
Aquí Jesús en alta voz alaba y da gracias a su Padre Dios, Señor de todo lo que existe y lo bendice porque ha reservado las riquezas y la sabiduría del Reino, a los sencillos, es decir a aquellos que tienen su corazón abierto, sin doblez, sin presunción, sin movimientos eternos de la razón sino: confiados, niños. Jesús adhiere alegre y dócilmente a la voluntad de su Padre que ha decidido este camino de pequeñez para quienes desean entrar y participar en el Reino al decir “Si Padre, así te pareció bien”.
Jesús muestra un fuerte sentido de identidad como Hijo y como camino al Padre; declara que sólo Él conoce al Padre y como su Hijo – Servidor invita a que vayan a Él sin excepción todos los que están cansados y agobiados, es decir todos los buscan y los que están necesitados. Jesús termina por definirse a sí mismo como manso y humilde de corazón. La mansedumbre y la humildad de Jesús nos despiertan a la docilidad, a la confianza y al abandono en nuestra relación con Él. Jesús encarna en su persona los criterios y las normas recibidos del Padre y por ello garantiza que en nuestra relación con Él nuestra vida será llevadera y alcanzaremos la paz y la libertad.
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