Hna. Cecilia Ancapán Elgueta
Religiosas Filipenses, Delegada Zona San Felipe Neri.
Este tercer domingo de Cuaresma, nos regala el texto del Encuentro de Jesús con la Samaritana. Este hermoso relato donde Jesús se detiene al borde del pozo de Jacob, para descansar.
Jesús ve a esta mujer que viene en busca de Agua, cargando su pesada historia y entabla un diálogo con ella, quien se queda desconcertada porque los Judíos no se relacionaban con los Samaritanos, y donde las mujeres tampoco eran tan visibilizadas, rompiendo así todos los esquemas culturales de su tiempo, es Jesús quien le pide de beber, se acerca a ella mostrándose necesitado, abajándose a su condición humana.
Jesús que conoce su realidad se revela a ella ofreciéndose como el Agua Viva que le devolverá la vida y su dignidad de persona, a pesar de su pasado tan cargado de sinsabores, ella ve en la persona de Jesús alguien que no le juzga, le muestra su realidad como en una línea de tiempo y le invita a recorrer su vida y a tomar en sus manos su propia historia, le acoge y le hace descubrir la novedad del encuentro con su bondad y misericordia, eso la hace despertar, descubrir con gozo la presencia del Mesías que se revela, llena su vida de luz y alegría a tal punto que se convierte en misionera y anunciadora para su pueblo, Ya no tiene miedo ¡Que encuentro tan significativo! Jesús le cambia la vida…
En este tiempo especial de Cuaresma, tiempo privilegiado de conversión, contemplemos con profundidad este encuentro de Jesús con la Samaritana junto al pozo como un signo de que Dios nos revela lo más íntimo de su ser para ser portadoras de la Buena Noticia del Reino. Animándonos a no tener miedo de mirar nuestra realidad, conocida y redimida por Él. Le pedimos siga acompañando toda nuestra vida y nos regale la gracia de anunciarle como lo hizo la samaritana.
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