miércoles , 24 abril 2024

Carta de la Vida Religiosa Chilena al Papa Francisco

Muy querido Papa Francisco:

Desde Chile le enviamos un abrazo cariñoso, en este tiempo previo a su visita, con la certeza de que su paso será un momento de gracia en nuestras vidas y en la vida de nuestra Iglesia chilena.

Como una manera de preparar el corazón para su venida, religiosos y religiosas de la CONFERRE quisimos escribirle y compartir con Usted, algo de nuestras vidas como peregrinos en esta hermosa tierra y misioneros en esta porción de la Iglesia. Para ello, nos hemos inspirado en el texto inicial de Gaudium et Spes: “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón”. (GS 1)

LAS ALEGRÍAS Y ESPERANZAS

Queremos comenzar compartiendo las muchas razones que tenemos para experimentar gozo y alegría:

En primer lugar, damos gracias por la fidelidad de Dios y su presencia en nuestra vida, que nos sostiene con brazos de misericordia.
Vivimos desde la certeza de que Dios nos ama más allá de nuestros errores, nos acompaña cada día; estamos seguros que le interesamos y siempre sacará bien de los males de nuestro mundo. Esta fidelidad, que encontramos en lo cotidiano, la descubrimos presente en la oración comunitaria y personal, en la vida sacramental; a través de las personas con quienes compartimos la misión y a todos los que dedicamos nuestro mejor tiempo para servir y anunciar el amor que Dios nos tiene. Nos alegramos porque Dios se nos revela como un Padre bueno, verdadero y fiel, haciendo maravillas en la vida concreta de la comunidad: en los niños, jóvenes y adultos mayores que, con su rostro de ternura, nos acercan a su presencia y misericordia. Reconocemos que el anuncio y la experiencia de la misericordia abre las puertas y nos aproxima de un modo nuevo a los que se sentían lejos, indignos, y a aquellos que la propia Iglesia había dejado fuera.

Sentimos profundo gozo al contemplar cómo el Espíritu va actuando en el mundo a través de las personas y a pesar de nuestras debilidades. “Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplaron y tocaron nuestras manos…” (1Jn 1,1), eso es lo que queremos testimoniar: que Dios nos ama infinitamente y con un amor incondicional; ese amor nos sostiene en las dificultades y nos acerca a Jesús, fuente de la más profunda alegría.

LEER CARTA COMPLETA…

Leave a comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

TESTIMONIOS SÍNODO

MENSAJE FINAL LII ASAMBLEA

LINKS DE INTERÉS

ARTÍCULOS RELACIONADOS

Subsidio 61 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

En el marco de la 61 Jornada Mundial de Oración por las...

Declaración pública «Desalojo del Campamento Dragones Sur en Curicó»

Los ciudadanos y ciudadanas de Curicó nos hemos enterado de la noticia...

Arzobispo René Rebolledo es elegido Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile

Arzobispo René Rebolledo es elegido Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile

En el contexto de su 129° Asamblea Plenaria, la Conferencia Episcopal de...

África: “El mundo del deporte y la publicidad contribuyen a promover la migración ilegal”

Un obispo de Guinea Ecuatorial reflexiona sobre las causas y consecuencias de...