Revisa el nuevo número del Boletín Alegráos del Departamento de Comunicaciones de CONFERRE
SOLO POR CREER ESCUCHAR EL SONIDO DEL AGUA, NO TE DA LA CERTEZA QUE ES LA LLUVIA, LA TENDRÁS SI TE DEJAS MOJAR POR ELLA Y VES COMO EMPAPA LA TIERRA.
Mucho leemos y soñamos con una vida consagrada diferente y cuando hablamos de intercongregacionalidad es como escuchar el sonido del agua, quizás hasta nos engaña haciéndonos creer que es utopía, pero cuando ella te ha mojado puedes tener la claridad para decir que no es sueño ni un anhelo de «unos», sino un signo de la presencia del Espíritu que nos abre siempre a más que nos dispone a la comunión a ser un sólo cuerpo.
En Copiapó hemos visto como la tierra se empapó no sólo con el barro, sino con la gracia por tantos herman@s que, por encargo de los suyos o por deseos propios, se animaron a venir a la misión a encontrarse con el Cristo sufriente a quienes escucharon, abrazaron, consolaron y aún los llevan en sus corazones porque ellos, a su vez, fueron los instrumentos para renovar, revivir, fortalecer el primer llamado aquel Ven y Sígueme que todos hemos escuchado como dulce voz del Señor y que la vida con su ritmo le fue quitando ese sabor.
Gracias a todos los que apuestan por esta misión porque somos testigos que el Señor hace el milagro si al menos ponemos nuestros 5 panes.
Herman@s, no alcanzan las líneas de este Boletín para compartir toda la experiencia por ello los invito como Jesús: ¡Vengan y Vean aquí en el desierto el Señor se encuentra contigo, te habla al Corazón y te vuelve a enamorar!
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